domingo, 16 de septiembre de 2007

Miedo a perderte otra vez


No sabes cómo temo tu llamada. La temo y la deseo. Deseo hablar contigo, aclarar ya de una vez esta situación absurda,... pero no puedo evitar sentirme temblorosa y asustada. Y no es justo. Ayer por la noche, sola, en casa, deseaba que me llamaras, que me echaras la bronca por tantos desaires, que me repitieras una vez más que soy yo la que he fallado. Pero ahora, de día, temo tu llamada. Sé que de un momento a otro cogerás tu teléfono y me llamarás. Yo, en ese mismo instante temblorosa pensaré durante unos segundos si debo contestarte o llamarte más tarde. Quizás, cuando haya reunido las fuerzas necesarias. ¿Fuerzas? ¿Para qué? Que mayor fuerza que lo que sentimos. No quiero temblar. Sé lo que quieres, sé lo que quiero. El miedo no me impedirá avanzar.



No perderé nada que no haya perdido antes. No perderé nada que no pueda recuperar fácilmente. ¿y si lo pierdo, que? Prefiero no perderte a ti,... otra vez.