domingo, 19 de octubre de 2008

El principio del fin


Llevo demasiado tiempo mirando la misma puerta. Observándola detenidamente. Llevo demasiados años esperando a que salgas, a que entres, a que llegues, a que te vayas,... a que elimines la distancia que nos separa. Sigo esperando, aquí, en la calle, frente a la puerta. Pensaba que podría esperar. De hecho, pensaba que no debía hacerlo, que lo de darnos tiempo era una excusa para dejarme. Pero luego ¡vas!, y me llamas, me dices que vaya a tu casa,... Dices que tardarás un poco, pero que irás, que si quiero estar contigo , es ahora o nunca y que ahora me necesitas ahí . "A las siete nos vemos en la puerta de casa debo contarte algo, debo decirte que lo pensé mejor, que ya se que el tiempo no es nada y que si el tiempo pasa y no lo paso contigo, no sirve, no vale..." En fin, vas a decirme que has visto la luz y que esa luz me iluminaba a mi. Dirás que por un momento has dudado, te has girado y has visto la oscuridad que hay al otro lado y que te ha dado miedo ir solo. Vas a decirme que este es un nuevo principio. Aunque ahora, a mi, ya no me convence, llevo un minuto delante de tu puerta y me parece que la vida es demasiado corta para perderla esperando. Decido que me voy, que ya esta, que no puedo vivir esperando tus respuestas, me alejo y en cuando llego a la acera de enfrente, un abismo se abre desde la puerta. Quizás vas a decirme que la oscuridad no te dio miedo porque des de ahí venían sonidos, canciones, gritos, e historias que quieres vivir solo. Me desmorono otra vez y cruzo la calle corriendo sin mirar. Tú frenas, te asustas,... La cabeza me va a estallar. "En que estabas pensando, que coño hacías,..." "Que porque no mire, que, qué hacía,..." No tengo respuestas, crucé la calle, no mire y tú tampoco.