domingo, 17 de octubre de 2010

¡Tú! Mi quebradero de cabeza


Puede que una sola aspirina no me quite este dolor de cabeza. Quizás lo dije sin pensar. Quizás, una vez más fue el miedo quién habló por mí. Lo cierto es, que lo dije, te lo dije. Así, a bocajarro y luego, cómo siempre, (ya en casa) lo medite durante horas. ¿Que sentido tiene? ¿Darle tantas vueltas a las cosas? En serio, ya esta hecho, ya pasó... escribo mientras intento convencerme de que sigo siendo una mujer práctica. Tú sólo eres para mí un quebradero de cabeza y sí repito, si tu quieres y si yo quiero este dolor de cabeza se irá con sólo una aspirina; pero si yo quiero o tu quieres mi dolor de cabeza puede ser un resfriado, una gripe, una neumonía, ... Tú sólo eres para mi un quebradero de cabeza, pero ¡que bonito quebradero de cabeza!, escribo una vez más mientras decido si te llamo ahora o en unas horas. Porque aunque lo niegue una y otra vez me encanta hablar contigo. Me encanta que me llames cada día para contarme tus chorradas. Me encanta y me desconcierta, ya que esas llamadas nos desdibujan aún más y enturbian esa relación que nadie sabe, que nadie cuenta, que nadie entiende y que ni nosotros nos atrevemos a nombrar.