jueves, 15 de marzo de 2007

Carta a un desconocido

... ese día tuve una vuelta a casa algo accidentada. Recorría las calles de la ciudad como de costumbre, analizando cada detalle, saboreando el placer de pasear. Siempre he sido muy curiosa, ... pero últimamente me fijo más en las personas y sobretodo, debido a mi sequía amorosa, en los hombres...

...

Hoy de camino a clase he "sufrido" los piropos (por decir algo) no sólo del obrero de turno o del argentino (no por nada) que pasea aburrido, sino que también del mallorquín de toda la vida. "... que si guapa, que si reina, que si quiero una como tú,.. "

Por eso, quizás, al cruzarme contigo, no te he hecho mucho caso. No voy a negar que me he fijado en ti y quizás vergonzosa he bajado la cabeza.

He de decir que mis encuentros anteriores no eran tan agraciados físicamente como tú, ni sus piropos muy merecedores de atención.

Te he visto venir de lejos y me mirabas. Yo cabizbajo seguía mi camino pero justo unos segundos antes de cruzarme contigo, instintivamente he levantado la cabeza. Ahora minutos después de ese encuentro solo recuerdo tus ojos, tu mirada y esa sensación que me ha acompañado hasta el final de la calle. Lo que hubiera dado en ese momento porque te pararas y me siguieras mirando.


Unas horas antes soñaba de camino a clase que me cruzaba con un chico guapísimo que no dejaba de mirarme y que yo sin saber que hacer reaccionaba sacándole la lengua. Y así entablabamos nuestra primera conversación, sobre si era más mal educado sacar la lengua o mirar fijamente a un desconocido.

Ahora sueño con doblar una esquina, verte venir, que me recuerdes y me sigas mirando.
Quizás, ¡ahora sí! me atrevería a decirte algo o quién sabe si instintivamente te sacaría la lengua


14.03.07 20:09

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